"LA POESÍA ES UN FONDO DE AGUA MARINA" DE SANTIAGO MONTOBBIO





         Poeta nacido en Cataluña y catedrático universitario, Santiago Montobbio (Barcelona, 1966) ha publicado un poemario que lleva por título La poesía es un fondo de agua marina (Barcelona: Los libros de la frontera, 2012. 339 pp.) Integrante del grupo de poetas españoles de los años noventa, Montobbio es heredero de autores como Jaime Gil de Biedma, Jorge Luis Borges y Octavio Paz. Ha publicado Ética confirmada (1990), Tierras (1996), Los versos del fantasma (2003), El anarquista de los bengalas (2005), entre otros. Se trata de una lírica neosimbolista con aportes del surrealismo y que medita en torno al acto de hacer poesía. De ello da testimonio La poesía es un fondo de agua marina. Quizá un verso de Paz resuma la poética de Montobbio: “La vida está al borde del abismo siempre”. En La poesía es un fondo… se observa esta concepción: los poemas se hallan al borde del abismo, son sinónimo de erosión, de lodo y respiro. En el primer caso, está la idea del desgaste del poema merced al accionar del tiempo; en el segundo, el hecho de que los versos busquen retratar el lado oscuro del ser humano; en el tercero se hace ostensible la idea de que el poema significa una manera por la cual el poeta se aferra a la cruda existencia. A veces se evidencia la concepción surrealista: “No sé/ si esto es un sueño o un poema. Pero/ espero en un olivo” (p. 30). En otras ocasiones, el hacedor puede pergeñar con precisión una experiencia vital en su obra: “Pero cuando el poeta lo dice/ queda clavado en sus palabras,/ exacto y preciso” (p. 238). El poema 40 es muy ilustrativo de la poética de Montobbio:


ITALIA Y FRANCIA, LA ESPADA Y LA CAMPANA,
lugares donde respirar y donde estar,
más exactamente: estar en casa.
Viajar es siempre falso. No se viaja.
No escapa uno de sí mismo
ni encuentra nada que no esté ya en sus adentros
ni habrá lugar en que le esperen misterios
sino estaba ya para ellos predispuesto.
Viajar no es nada. No se viaja.
Dentro de uno mismo la vida ya se cumple
y se realiza. El adentro es embrión,
es latido, es semilla. Tierra única.
Más Italia y Francia y el Mediterráneo
antiguo y libre (porque el mar es siempre libre)
y el amor y los veranos y los tiempos que recuerdo
como infancias todavía respiradas
en el libre aire de la noche
que no aúlla. Italia, Francia, el amor,
tu alma y tu cara. Por encima,
debajo, sobre, siempre en las palabras.



                En este texto se percibe un rechazo a la idea de viaje como una acción por la cual el ser humano busca escapar de sí mismo. El poema emplea una estructura antitética y es claramente argumentativo. El locutor busca refutar la idea de que el viaje implique la posibilidad de acceder a un determinado conocimiento. “Francia” e “Italia” terminan convertidos en palabras a las cuales el poeta pueda acceder y con las cuales puede crear una obra de arte.  Sin duda, el verdadero conocimiento, para Montobbio, está en uno mismo. Este poema trae a la memoria otro escrito por Octavio Paz (“Ejercicio preparatorio”), donde se afirma “Quiero morir en mi cama”, es decir, se recusa la idea de viajar o de desplazarse como Don Quijote a través de un abanico de lugares.

                La poesía es un fondo de agua marina confirma que Montobbio es un poeta fiel a la palabra y diestro en el manejo del ritmo. Los juegos metafóricos y la reflexión sobre el lenguaje poético hacen de esta poesía una obra altamente sugestiva y merece ser considerada, con mayor atención, por la crítica especializada.

Comentarios

freyadea dijo…
hola es Erika Reginato, poeta...estoy de viaje y he leído tu poema...

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